En general, los países se clasifican según su nivel de desarrollo económico, entre países más y menos desarrollados. Estas clasificaciones se basan en una serie de criterios económicos, sociales y ambientales, que incluyen el ingreso per cápita y la distribución de ingreso, la esperanza de vida, tasas de alfabetización y desarrollo cultural, y el cuidado del medio ambiente.
No existe una única mirada para definir lo que es un país desarrollado. Y para estar en esa categoría es necesario, pero no suficiente, ser un país de ingresos altos, de un ingreso per cápita alto.
A Chile se le identifica como una economía en transición, desde una donde el motor de crecimiento está dado por un aumento en el nivel de educación, adopción de tecnologías, y un uso más eficiente de los recursos; a una desarrollada, donde se agrega el importante motor de crecimiento de la innovación. Esta permite crear nuevos productos, procesos y modelos de negocios para dar saltos en la productividad.
El nivel de ingreso per cápita de los chilenos no es suficiente para estar en el grupo de las economías desarrolladas. Lo que hace urgente acelerar el crecimiento, y entre otros, con ello cerrar las brechas de ingresos que hoy tenemos con los países desarrollados.
Las cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI) dan cuenta que en el período 2006-2009 la economía chilena creció a una tasa promedio anual de 3,3%, por debajo del promedio del mundo. En el período 2010-2013 de 5,3%, por encima del promedio del mundo. Y para el período 2014-2017 se espera un promedio de 1,8%, por debajo del promedio de la economía global.
Además, el FMI proyecta que Chile crecerá a una tasa anual promedio de 2,8% para el período 2018-2021, también por debajo de la tasa de crecimiento de la economía global. (Ver figura).
continuar creciendo a tasas por debajo del 2%, le tomaria casi dos décadas llegar a un ingreso per cápita (paridad de poder adquisitivo, PPA) como el que hoy tiene Estonia, dos décadas el de Portugal, casi tres, el de Eslovenia, y tres y media décadas el de España.
Y, si la tasa de crecimiento del producto en Chile aumenta en forma importante, como es el objetivo de la nueva administración que asume en marzo próximo, y se empina, por ejemplo, a cifras cercanas a 4%, antes de ocho años el país podría alcanzar un ingreso per cápita (PPA) como el de Estonia, en ocho años el de Portugal, en diez años el de Eslovenia, y en casi una década y media el de España.
Por ello, nuestra aspiración de ser un país desarrollado debe realzar el objetivo de recuperar el crecimiento económico. No existe ninguna economía en el mundo que haya alcanzado los umbrales de ingreso de los países desarrollados sin altas tasas de crecimiento económico.
Débil crecimiento e incertidumbre
En Chile el débil crecimiento e incertidumbre al que ha estado expuesta la economía durante los últimos años nos pasan la cuenta.
Ello se ve reflejado en:
- Fuerte caída de la tasa de inversión extranjera, a pesar de los bajos costo de acceso al financiamiento a nivel global. Según el Banco Central (BC), en el segundo trimestre de 2017 se registró la mayor desinversión de capitales extranjeros desde que existen registros (2003), tras disminuir US$ 313 millones, cifra que considera las participaciones en capital, las utilidades reinvertidas y los instrumentos de deuda.
- Así, 2017 cerró con el riesgo de ser el tercer año consecutivo de caída de la inversión extranjera directa, habiendo ya descendido cerca de 15% en 2015 y 40% en 2016.
- Débil generación de empleos asalariados en el sector productivo. La mayor parte de los nuevos empleos que se han generado en el país son de trabajadores por cuenta propia (el número de personas en esta categoría en el último trimestre julio-septiembre, alcanzó un máximo histórico desde 2010).
- Los empleos asalariados en el sector privado se han reducido en cerca de 40 mil en los últimos doce meses. Y, en el mismo período, se han creado unos 90 mil en el sector público.
- Aumento de la tasa de pobreza extrema en el país. Según cifras del Banco Mundial (BM), el porcentaje de personas en Chile viviendo con US$ 1,9 (PPA) por día ha aumentado desde 0,9% en 2013 a 1,3% en 2015.
Lee aquí un artículo sobre cómo mejorar la competitividad chilena.