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viernes, 3 de julio de 2020

Latinoamérica y pandemia: Una noche larga…, edifiquemos un mejor fin



Latinoamérica y pandemia: Una noche larga…, edifiquemos un mejor fin


Latinoamérica debe abocarse simultáneamente a la emergencia de la pandemia, y a anticipar las condiciones para la recuperación económica.
Latinoamérica y el Caribe (LAC) se han visto duramente golpeadas por la actual pandemia. La pérdida de vidas e impacto económico ha sido enorme, y en especial sobre los grupos más vulnerables y las personas de menores recursos. Y hoy, la región, junto con abocarse a la emergencia, debe anticipar las condiciones para lograr una recuperación más rápida y exitosa.

Perdimos el lustro

Entre 2000 y 2014, la región vivió un período de crecimiento y significativa disminución de la pobreza. Un total de 77 millones de personas dejaron la pobreza, y su tasa bajó de 43,5% en 2000 a 24,2% en 2014 (Banco Mundial -BM-), lo que se nutrió, en parte, con la bonanza de los recursos naturales cuyos precios aumentaron en más de 160% hacia 2014, cuando su demanda experimentó un fuerte crecimiento desde Asia, particularmente China. Los mayores ingresos logrados beneficiaron significativamente a la región, que alcanzó un crecimiento promedio anual de 3,2%.
La bonanza regional termina con el abrupto fin del superciclo de los recursos naturales a mediados de 2014 cuando sus precios caen a un 60% del que tenían a inicios de año (FMI). La caída en los ingresos y el fuerte freno al crecimiento llevó a que en el período 2015 – 2019 la tasa de crecimiento regional anual promedio no superara el 0,5%.
De la prosperidad y esperanza, se pasó a la austeridad y desazón. Si cada año en el período 2002-2014 más de un 1% de la población lograba saltar a la clase media (más de 2% en el Cono Sur)1, en el período 2015-2018 esta cifra cae estrepitosamente a solo 0,3% (0,8% en el Cono Sur).
La desesperanza, que crece en una ciudadanía más empoderada, conectada y menos tolerante, llevó a que en LAC, y también en muchas otras partes del mundo, esta alzara su voz y saliera a reclamar por soluciones, ya sea por su insatisfacción económica, situaciones de injusticia, discriminación, abusos y corrupción2. La inestabilidad social que escaló en varios países de la región, también contribuyó a precarizar más la alicaída situación económica.

Un aluvión rebasa el vaso

Este año 2020 la pandemia irrumpe con mucha fuerza y en una región ya debilitada, por el término de la bonanza de recursos naturales y también por las malas políticas y gestión económica en algunas de sus economías —como la dramática situación de Venezuela—, que han impactado a toda la región.
El duro impacto económico en la LAC se refleja en que sus economías, en conjunto, se pueden contraer 9,3% este año (FMI), perder 30 millones de empleos y el 20% o más de sus empresas, llevando a que el número de pobres pueda aumentar en hasta 23 millones (BM). Esto va a poner a prueba muchas instituciones que dan cuenta del andamiaje económico, social y político de la región, las que se verán enfrentadas a riesgos sociales, económicos y políticos aún mayores.

El mundo será distinto

Viviremos un cambio en el contexto geopolítico internacional, y muchos países revisarán su interacción con las cadenas de valor globales. En una nueva realidad los desafíos de la recuperación en LAC serán particularmente enormes.
Los gobiernos, ya con una aún más abultada deuda y un limitado espacio de maniobra, deben hoy anticipar un plan de recuperación económica que mire a las personas, y se centre en la generación de empleos, capacitación, emprendimiento, innovación, productividad e inversión.
Hay grandes oportunidades desde donde se puede dar un fuerte impulso a la economía si se logra:

  • Avanzar con una real integración económica, en una región que es de las menos integradas del mundo.
  • Desarrollar el servicio público, mejorando su gestión, responsabilidad y rendición de cuentas, con un foco en programas que aborden las necesidades más apremiantes de la población.
  • Mejorar el entorno de negocios para transformar a la región en un polo atractivo a la inversión extranjera. Hoy, ninguna de las economías de la región figura dentro de los 50 mejores del mundo en entorno de negocios3.
Evitando malas prácticas y velando por el adecuado uso de los recursos, la región hoy se debe abocar a la emergencia, pero, simultáneamente, anticipar las condiciones que garanticen el adecuado reinicio de las actividades económicas y sociales, respetando los fundamentos económicos que den viabilidad al logro de los importantes objetivos de desarrollo de largo plazo.
Referencias:
  1. Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay.
  2. Chomsky, Noam y Bishara, Marwan, “The genie is out of the bottle”. Entrevista Al Jazeera, 21 de febrero de 2011; The Economist. “Algo en el aire: ¿Por qué tantos países son testigos de protestas masivas?”, 4 de noviembre de 2019.
  3. Doing Business 2020.
Ricardo Raineri - Clase Ejecutiva 3 julio, 2020.

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